“Santa María de Calatayud, investigación y restauración 2011-2022”, es el título del libro que este viernes 19 a las 19.00 horas se presenta en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.  Esta obra coordinada y editada por el arquitecto Fernando Alegre Arbués, y por Javier Ibañez, catedrático de Historia del Arte, agrupa y ordena toda la información que ha arrojado la restauración llevada a cabo en este monumento durante once años.

Llegaba a la imprenta gracias al acuerdo y colaboración del Ayuntamiento de Calatayud, la UNED, el Gobierno de Aragón y el Grupo TRAZA de Investigación en Desarrollo y en Arte Medieval y Moderno de la Universidad de Zaragoza. En la presentación este viernes en la Sala Pilar Sinués del Paraninfo, además de los autores, participarán el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, el director de la UNED en la ciudad, Joaquín Simón, y la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Gloria Pérez.

Sepultura de Pedro Cerbuna

La elección del Paraninfo para divulgar el conocimiento que compila este libro no es casual. En las operaciones desarrolladas en el marco de las obras de restauración se descubrieron los restos de la sepultura de  Pedro Cerbuna, el fundador de la Universidad de Zaragoza. No fue un hallazgo inesperado porque existía documentación sobre ese enterramiento, pero como explican los autores, las obras han permitido reconocer la sepultura tal y comodebió dejarse tras un primer reconocimiento llevado a cabo a mediados del mes de enero de 1.600. La lápida de mármol blanco de quien fuera obispo de Tarazona y fundador de la Universidad, fallecido el 5 de marzo de 1.597, se encontraba en el altar y cubría otras anteriores.

Esta es sólo una de las revelaciones que han visto la luz en las obras de consolidación y restauración de la Colegiata de Santa María la Mayor, con las que se resolvió el grave riesgo estructural que presentaba y que ponía en peligro el monumento. Todo el trabajo, estudio, y la experiencia de un equipo interdisciplinar de arqueólogos, historiadores, geólogos, petrólogos, ingenieros, restauradores, arquitectos…, se describe de forma didáctica a lo largo de sus 600 páginas.

No solamente se cuenta lo que se ha hecho, el cómo y el por qué. También los criterios y la metodología que se ha seguido. La abundante información obtenida  desde que el 8 de agosto de 2010 este templo se cerraba al culto y a la visitas, y hasta que abría sus puertas el 9 de mayo de 2022 para mostrar su luminosidad y riqueza, ha permitido reconocer el edificio y la influencia y trascendencia histórica que tuvo.

Un edificio modelo a seguir

Fernando Alegre, director de todo el proceso de restauración, explica que con esta publicación se devuelve a la sociedad el monumento después de haberlo tenido secuestrado más de una década. En ella se fija todo lo aprendido de un edificio que fue modelo en la arquitectura del momento y posterior. Se sabe mucho más de un templo ahora inexistente de época medieval, y de las condiciones en las que se construyó el renacentista que ha llegado hasta nuestros días. En los trabajos que se han llevado a cabo en todos estos años se encontró cimentación de la mezquita preexistente. Este hallazgo es de gran relevancia, desde el punto de vista arqueológico y de la historia de Calatayud.

El modelo arquitectónico seguido en la construcción de la Colegiata de Santa María la Mayor se implantó y se extendió con éxito a partir de principios del siglo XVII en todo el ciclo barroco aragonés. “Todos esos datos merecían ser conservados porque hablan de la gestación, de la autoría y evolución de este bien inmueble, también del contexto social en el que se levantó y se ha ido transformando. En definitiva de parte de la historia de Calatayud”, afirma José Manuel Gimeno, concejal delegado de Urbanismo, Patrimonio y Vivienda del consistorio bilbilitano.

Quienes tengan en sus manos este volumen muy generoso y en el que no se han escatimado fotografías, cartografía o color, accederán a algunos de los muchos pequeños secretos que ha guardado Santa María durante siglos. Quedan otros misterios por resolver. Entre ellos varios de la  construcción de su torre campanario de 72 metros de altura, una de las más altas de estilo mudéjar de Aragón y Patrimonio de la Humanidad.